Loras, olvidado en la memoria de quien un dia lo tuvo en su casa. Me pregunto que sangre tienen esas personas que un dia deciden tener un gato y al cabo del tiempo, aparece la excusa, que si me mudo, que si las vacaciones, que si he roto con mi pareja... ¡Y se acabo! Quizas esos gatos no tuvieron el cariño que se merecian, pero les arrebatan el calor de un hogar sin una mirada atras. Loras es uno de esos tristes olvidos. Llora cada vez que entro en la habitacion, me mira desconfiado y a la vez anhelante, tiene dudas.. y al rato le puede mas el riesgo de que sea una caricia lo que reciba, que un mal grito o una mala patada, y cuando nota la caricia, todo su cuerpo se arquea como una explosion de felicidad. Loras es un gran gato, le calculan un año y medio y poco a poco sé que volvera a confiar plenamente en quien sepa darle lo que quizas nunca tuvo, pero siempre imaginó.
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