Hemos rescatado a esta pobre galga con un martillazo en la cabeza. ésta es otra forma bastante habitual de matar a los galgos aunque no se han denunciado muchos casos. Rayo también estuvo a punto de morir de esta manera. A Gala la recogió una persona que venía a Madrid en Albacete. El tremendo chichón del golpe y la costra con la forma del martillo no dan lugar a dudas: no está muerta de milagro. Además estaba famélica. Ahora está tan agradecida que nos emociona su humilde actitud, pegadita a nosotros, mirándonos con sus ojitos asombrados al ver que nadie la pega y come todo lo que quiere. Es buenísima. Si queréis adoptarla, os aseguro que será un placer vivir con ella. Está en la asociación Galgos Sin Fronteras esperando un hogar.
Contacto: Cristina García.
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