Manolo apareció en Azuaga, un pueblo de Badajoz, cuando era un cachorro. Estuvo vagando por las calles hasta que casi pasado un año, una familia con cuatro niños decició adoptarlo y cuidarlo. Compartió su vida durante año y medio pero por motivos famliares desconocidos, el perro volvió a la calle. Los vecinos lo han estado cuidando durante un año pero el camión de la perrera estuvo a punto de cogerlo la semana pasada y con un gran esfuerzo lo han enviado a una residencia lejos de allí. El pobre se muere de pena, sólo quiere una familia que lo cuide. Nos han pedido ayuda para encontrarle una familia que lo quiera de verdad. Tiene entre 3-4 años, es un cruce de perro pastor, un poquito más grande que un fox terrier.
Contacto: ADANA Protectora de Animales de Badajoz.