Musi tiene aproximadamente mes y medio. Lo encontramos en la calle, con un ojito fatal. El pobre estaba en los huesos, había dejado de comer ya. Y su ojo era todo menos un ojo. En las fotos que os adjunto ya lo tenía mucho mejor que cuando lo encontramos, pero a pesar de haberlo intentado, su ojito no se ha podido salvar. Se lo han tenido que quitar porque la infección era tal que corría peligro. Pero eso no le quita ni un ápice de su increible belleza. Es rubito, precioso, con unas ganas de vivir increibles. Es machito. Y ronronea por defecto. Ronronea cuando te ve, cuando juega, cuando come, cuando está en el vete... Adora que le acaricien. Es un amor de gatito. Ha dado negativo en todo, está sanísimo y cogiendo peso y poniéndose más guapo por momentos. Y ve perfectamente. Ya solo le queda encontrar un hogar, donde haya gente de buen corazón que quiera tener al gatito más cariñoso del mundo, y que no le importe que sea tuertito. El lo agradecerá con creces.
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