Teresa tuvo que ser rescatada de su colonia, porque los otros gatos la pegaban verdaderas palizas. Esta gatita tiene inmunodeficiencia y lleva aislada en una habitación muchos meses. Sus únicos compañeros de juegos son las tuercas y tornillos que la dejo por el suelo: los lanza al aire, caen al suelo, suenan y ella se esconde. Y así la pobre, jugando a esconderse de las tuercas, lleva demasiado tiempo. Necesita alguien que no tenga más gatos, o que tenga gatos con la misma enfermedad. Es portadora, pero no tiene ningún síntoma y le quedan muchos años de vida por delante. Es joven y está castrada.
Contacto: Sugula 649 195 413
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