Rasqui es un veterano en la protectora, debe llevar toda su vida aquí metido el pobrecín. Es bueno, muy tranquilo, no da una voz, y solo quiere que mimos. Y tiene una costumbre muy especial: para mi que fue caballo en otra vida, porque se empeña en meterse entre las piernas de la gente para que le hagan caso. Es un perrillo que nunca ha tenido suerte y que si sigue así sin que nadie se fije en él acabará sus días sin remedio en León, en la parte vieja de la protectora. Es grande, igualito a un golden retriever pero de color castaño oscuro. Rasqui nunca tuvo una buena vida, ahora que ya es mayor estaría bien que alguien se fijara por fin en él. Así Rasqui se irá cuando sea su hora, feliz, sintiéndose querido y habiendo conocido el cariño de un amo. De momento él siempre espera al lado de la puerta tumbadito, la que seguramente será su última oportunidad.
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