Aluja lleva muchos años en el albergue y aún no pierde la esperanza de encontrar la tranquilidad del hogar. Es cariñosa y se adaptaría rápidamente a la buena vida. No dejes que pasen los años y muera de vieja en el albergue, sin haber conseguido el cariño exclusivo de una familia. Eso es lo más triste del mundo. Nació en diciembre de 1994. Está en PROA, una protectora del sur de Madrid.
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