Mami es una galguita de 10 años que me ha entregado un galguero, su historia es terrible: la han tenido tantos años no porque la quieran mucho si no porque ha sido tan buena para la caza según ellos que la han hecho parir cachorros sin parar, y esto sin dejar de cazar. La iban a llevar a una perrera de Castilla La Mancha donde le esperaba la muerte con una inyección de anectine, terrible producto que produce la muerte por asfixia, eso si, muy barato. Esta era la recompensa a toda una vida de explotación para la galguita. Mami está ahora en Galgos Sin Fronteras y necesita un hogar calentito para los años de vida que le quedan (que pueden ser cuatro o cinco, o incluso más) y mucho amor porque ella se lo merece todo. Es muy guapa y super afectiva, además esta muy sana, ha descubierto las caricias a su edad y ya no quiere otra cosa la pobre. Está deseando tener y dar amor.
Contacto: Cristina García.