A Bonifacio le abandonaron en un jardín de Leganés. Llevaba días sin moverse, casi ni comía y estaba asustadísimo. Ahora está a salvo en una casa de acogida, recuperándose del susto, miedo, hambre y frío que ha pasado en la calle. Es un gato que ni araña, ni bufa, ni muerde, pero todavía tiene miedo cuando le cogen en brazos; lo normal en un gato que de la noche a la mañana se ha visto en la calle pasando penurias. Sin embargo le encanta que le acaricien, que le hagan mimitos y que le hablen suavecito. Es un pelín asustadizo y ante el menor ruido se esconde, pero en cuanto te conoce un poco más es muy bueno y te saluda cariñosamente. Tiene un añito y unos ojazos verdes que te enamoran. Se entrega en adopción con las pruebas de leucemia e inmunodeficiencia negativas y se esteriliza esta misma semana.
Contacto: Laura
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